Tom Moore se doctoró en la Universidad de Australia Meridional- UniSA, especializándose en vidrio soplado. Realizó también prácticas en Japón, tras ganar un premio en la Universidad.
Durante 15 años (1999-2014), dirigió el Área de Producción de la prestigiosa JamFactory, por lo que el vidrio como material, no tiene secretos para él. Es un maestro que domina desde los procesos más tradicionales del vidrio antiguo de Murano, hasta los más innovadores.
Pero Moore no es un artista convencional, la suya es una obra llena de fantasía, humor y creatividad, nutrida del cómic, la ilustración de literatura infantil y, en general, la cultura visual de su generación. Construye pequeñas escenas en las que plantas y animales se hibridan con objetos, cobrando vida, siempre con un potente mensaje ecológico, en una llamada de atención sobre el cambio climático. No es de extrañar que muchas de sus exposiciones las haya hecho en jardines botánicos.
Su preocupación por el medio ambiente le ha convertido en un artista comprometido que, a través de sus escenas cómicas, trata de contribuir a un cambio de mentalidad sobre el consumismo, la vida rápida y altamente tecnológica, el uso de productos químicos que alteran la genética, etc.
En sus escenas, muchas veces aparece un coche soltando humo, metáfora de todas las maquinas creadas por el hombre que contaminan y causan un grave impacto sobre el medio ambiente. En el MAVA contamos con una simpática instalación, "Gota" de 2005, que pertenece a la Colección Bellin&Pezzoli, en la que se nos llama la atención sobre el agua, su ausencia en sequías o su descontrol en inundaciones, ambas provocadas por la alteración del clima.
El artista, convierte una gota de agua en una criatura animada con posibilidad de desplazamiento a voluntad, que se nutre de otras gotas caídas. Su obra puede verse en museos sobre todo de Australia, Estados Unidos y Japón.
