LIVIO SEGUSO

Livio Seguso

Murano 1930

Livio Seguso veterano en el uso del vidrio en la escultura, fuera de movimientos, modas y tendencias, ha diseñado su propio recorrido siendo fiel solo a si mismo. 

 

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A lo largo de sus más de 70 años de carrera profesional dedicada al vidrio y a su obra, Livio Seguso ha mantenido sin quebrantos, altísimos niveles de calidad técnica, de pureza en la ejecución, de rigor en las formas, de impecable presentación.

Amigo y compañero de pupitre de otro gran escultor de Murano, Luciano Vistosi (1931-2010), ya en los años 60 se les rastrea explorando lenguajes de arte y escultura con el material vidrio, tan familiar para todos los muraneses, empleados por aquellos años en centenares de fábricas familiares volcadas al turismo y la producción más comercial, de la que ellos se alejan completamente.

Desde edad muy temprana, todavía adolescente, Livio comenzó a trabajar en una fugine y quedó fascinado por la plasticidad del vidrio, su fuerza y belleza. En pocos años fue ascendiendo hasta convertirse en joven Maestro, para lo que tuvo que demostrar su dominio de todas las técnicas tradicionales, filigranas, murrinas, reticelli  etc. También la preparación de la masa vítrea en el horno, el control de su estado idóneo para ser trabajado en una jornada, los colores, etc. Una vez dominados todos los procesos, decidió abandonar su brillante carrera en la producción para abrir su propio taller de escultura.

Elegir la incertidumbre no fue un problema sino una necesidad para Livio, su determinación, su fe en sí mismo se ha mantenido inquebrantable a lo largo de su larga carrera, incluso cuando tuvo que recorrerla casi en solitario. Pero el talento siempre se abre paso y la obra de Livio Seguso pronto se vio expuesta en Bienales y exposiciones en museos. Hoy suma más de 150 exposiciones individuales por todo el mundo, en Italia y resto de Europa, pero también en museos americanos y asiáticos, donde tiene un publico entregado. Esto es algo excepcional, solo reservado a los grandes.

En las esculturas de Livio Seguso el vidrio siempre es el elemento principal, el secundario, con el que combina o actúa de soporte, es el que nos sirve para marcar las distintas etapas creativas del artista: acero, mármol, granito y madera. Por lo general son obras de gran porte, donde el vidrio, siempre de calidad exquisita, se presenta bien cristalino trasparente, bien ahumado o negro.

Livio Seguso realizó para el MAVA una de las más importantes exposiciones que se han celebrado. Fue en 2003, el año que llegué a la dirección del Museo. Él fue mi primer artista y mi primera exposición.

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El trabajo de coordinación, trasporte y montaje de la muestra fue complicado pero apasionante. Recuerdo muy bien las dificultades del traslado de sus grandes esculturas de vidrio y granito o mármol, de más de 200 kg de peso, llevadas en barcazas desde su estudio en Murano hasta el camión y de ahí al MAVA, donde el montaje y manejo fue arduo, con muchas manos. Su asistencia fue fundamental, siempre concentrado, dominando la situación y con una sonrisa placida en su rostro conforme la muestra iba tomando forma. Nos hicimos amigos hasta hoy.

Junto a las esculturas de porte imponente, expusimos algunos grabados, dibujos y bocetos, magníficas obras en sí mismas. Al finalizar la muestra, donó al MAVA una de sus obras de la década de los 80, en las que combinaba el vidrio con el acero. Una pieza esbelta y muy elegante, con la famosa gota dentro del vidrio que caracteriza sus obras y que nos trae recuerdos de la Laguna.

En 2015 publicó su autobiografía titulada "Una vita per 'Arte", un libro de lectura apasionante para quien esté interesado en el vidrio de Murano en el siglo XX, porque Livio Seguso es hoy a sus 90 años una leyenda viva. La ultima vez que fue a visitarlo en Murano, cuando me regaló su libro dedicado, lo vi como siempre, lleno de proyectos y con su pasión intacta.

 

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